Soy José, fundador de JAF. Empecé a trabajar desde muy joven en la taquería de mi papá. Ahí aprendí lo básico: cocinar, atender, cobrar, limpiar… pero sobre todo, a tratar bien a la gente. Ese fue mi primer contacto con el mundo de los alimentos, y desde entonces supe que quería dedicarme a esto.

Con el tiempo, probé distintos caminos. Tuve negocios propios, me fui a Estados Unidos a trabajar, y regresé con la idea de hacer algo diferente. Quería crear un lugar donde la carne se tratara con respeto, donde los cortes hablaran por sí solos.

Así nació JAF. Empezamos en un cuarto de 35 metros, literalmente levantado con nuestras propias manos. Vendíamos carne al detalle, primero entre conocidos, y poco a poco fueron llegando más clientes. Durante la pandemia empezamos a repartir a domicilio. Me tocaba cargar la cajuela y manejar por toda la ciudad en un Spark. Así fuimos creciendo.

Hoy tenemos dos locales físicos en Hermosillo y una tienda en línea con envíos a todo México. Lo que empezó con una rebanadora y una hielera, hoy es una carnicería que está marcando diferencia. No buscamos ser los más grandes, buscamos ser los mejores en lo que hacemos.

Y esto apenas comienza.